La arquitectura sostenible es la que busca edificios construidos a partir de procesos más responsables con el medioambiente así como la eficiencia energética de los mismos. Se trata de una de las tendencias con mayor empuje en lo que concierna al diseño arquitectónico de los últimos 20 años y también una modalidad que cada vez tiene más auge alrededor del mundo. Con ella se busca optimizar los recursos naturales y los diferentes sistemas de edificación para así minimizar el impacto ambiental de los edificios.
“El desarrollo es sostenible cuando satisface las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus propias necesidades”. Así lo definió Gro Bruntland en el informe Nuestro futuro común que se leyó en las Naciones Unidas en 1987.
Entre los principios que se incluyen en este tipo de arquitectura sostenible destaca: la consideración de las condiciones climáticas, la hidrografía y los ecosistemas en donde se construyen los edificios; la eficacia y moderación en el uso de materiales de construcción primando los de bajo contenido energético; la reducción del consumo de energía para la calefacción, refrigeración, iluminación y otros equipamientos; la minimización del balance energético de la edificación y el cumplimiento de los requisitos de confort higrotérmico.
Así, la eficiencia energética es una de las principales metas de esta modalidad de la arquitectura sostenible. Los profesionales se basan aquí en diversas técnicas que ayudan a reducir las necesidades energéticas de los edificios, ahorrando energía a la vez que se aumenta la capacidad de captación de la misma mediante la luz solar o la energía propia. En las estrategias de estos estudios se encuentra el diseño sostenible de calefacción solar, de agua, la generación eléctrica solar o la calefacción geotérmica.
Además, la arquitectura sostenible puede hacer uso de materiales reciclados o de segunda mano. La reducción del uso de materiales nuevos genera una reducción de energía dada por cada proceso de fabricación. De esta manera, los arquitectos que pertenecen a esta modalidad tratan de adaptar viejas estructuras y construcciones para responder a nuevas necesidades y de ese modo evitar, en la medida de lo posible, construcciones que partan de cero.
El impacto ambiental del diseño en el edificio, su construcción y la operación del mismo son enormes. Un ejemplo para concienciar de ello es que los edificios en los Estados Unidos son responsables de hasta un 39% de las emisiones de CO2, del 40% del consumo de la energía y del 13% de consumo del agua potable por año.
Los nuevos titulados en Arquitectura presentan una gran conciencia por la preservación del medioambiente a causa de los diferentes impactos que está teniendo la incidencia del ser humano sobre la naturaleza así como en la denominada ‘emergencia climática’. Y es que las casas ecológicas incluyen un gran abanico de factores que influyen positivamente en su impacto ambiental sobre el medio. Y no solo en lo referido al aprovechamiento energético: los arquitectos de ahora también buscan que los edificios se relacionen mejor con el espacio en el que son construidos.
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